La boda de Claudia y Nico marcó el inicio de un nuevo capítulo en la Hacienda Colombo, un espacio que nos cautivó desde el primer instante. Cada rincón de este lugar tiene un encanto único, una luz que invita a descubrir sus secretos, como un paisaje pintado por el tiempo. La ceremonia fue un verdadero poema, donde los versos escritos por los novios flotaban en el aire, cargados de significado. Y cuando llegó el momento de los votos, todo parecía detenerse. En ese instante, estábamos sumidos en una película de amor en la que cada palabra, cada gesto, reflejaba la profundidad de lo que sienten el uno por el otro.

Claudia, radiante en su vestido de Blumynt y con una tiara de By Loreiro, se convirtió en la personificación misma del romanticismo, con esas mangas abullonadas que le daban un aire de elegancia atemporal.

Tuvimos el privilegio de compartir este día con Carlos de Recuerda Films, un amigo de gran sensibilidad y talento, cuya cámara logró captar cada emoción con una delicadeza que solo él sabe transmitir.

Y no podemos dejar de mencionar al equipo de Jesús Rodrigues, que convirtió la Finca en un sueño hecho realidad con su cuidada decoración y su exquisito catering, dejando una huella imborrable en todos los que tuvimos el honor de ser parte de este día.